Llenado de suelo: Primero se rellena el suelo húmedo a deshidratar dentro de la geobolsa. El relleno debe distribuirse uniformemente para evitar condiciones demasiado densas o sueltas.
Drenaje: Una vez completado el relleno, comienza el proceso de drenaje. Las geobolsas suelen ser permeables, lo que permite que el agua drene del suelo a través de los poros de la bolsa.
Compactación: Para acelerar el proceso de deshidratación y mejorar la consolidación del suelo, se puede aplicar una compactación moderada durante el proceso de llenado y drenaje del suelo. La compactación ligera se puede realizar con equipo especializado o manualmente para compactar el suelo.
Esperando la deshidratación: Una vez completado el drenaje y la compactación, es necesario darle tiempo suficiente a la geobolsa para que se desagüe. El tiempo de deshidratación variará según la humedad del suelo, la temperatura ambiente y otros factores. Por lo general, lleva desde unos pocos días hasta algunas semanas.
Eliminación de la tierra curada: cuando se completa el proceso de deshidratación, la tierra curada se puede retirar de la geobolsa. La tierra curada se volverá más seca y más fuerte y podrá usarse para proyectos posteriores.
Es importante tener en cuenta que el proceso de deshidratación de las geobolsas debe evitar exceder la capacidad máxima de carga de la bolsa para evitar daños a la bolsa. Además, el proceso de deshidratación también debe prestar atención al efecto del drenaje y al grado de solidificación del suelo para garantizar que se logre el efecto deseado.